Alguna vez la chica del helado me preguntó sobre la mejor forma de olvidar un amor imposible y le contesté: “Francamente no tengo ni idea”. Y sí, no tenía idea, pero seguí: “Supongo que depende de cada persona, de las cosas por las que ha pasado, de las cosas que le están pasando y de las cosas que le van a pasar”. Antes de eso, yo había estado cerca de un año desquebrajado por una relación que no había funcionado y la aparición de mi amiga en mi vida me curó de eso. Fue como frescura inyectada en la vena de la alegría.
Siempre hay algo que te despierta, y una vez uno está despierto se está listo para avanzar… el problema de hacerlo es que en esos ajetreos el corazón se vuelve nuevamente vulnerable, porque –al menos me pasa a mí- nunca se empieza con alguien partiendo desde la desconfianza, sobre todo, si se ha conocido a ese alguien tiempo atrás… Lanzarse, en cierta forma, de cabeza, ante una nueva persona –si lo que se quiere es algo serio- es vital para empezar a conocerla y así comprenderla.
Salvo una relación amical de larga data, nadie se enfrasca en una aventura (aventura!!!) amorosa sabiendo cómo es el otro como novio/novia… entonces allí, en ese derrotero de nuevas experiencias, vale la pena sacarse las dudas conversando, llegar a acuerdos conversando, desterrar los miedos conversando… hacerlo todo conversando, porque solo el diálogo es capaz de hacer madurar algo que en principio creció desde una semilla… como una flor (sí, trilladísimo), hay que darle su tiempo para que florezca… de nada sirve arrancarla de raíz, cuando lo que se puede hacer es dirigir su crecimiento con paciencia y cuidado.
Si las cosas no funcionan, porque ese es el peligro que siempre se corre, el final también –en teoría- debería ser conversado. Si uno es consciente de que dio lo que pudo dar e hizo lo correcto, no hay por qué arrepentirse de nada, ni de lo que se dejó, ni de lo que se entregó. La base de toda relación es la confianza y hasta en esos instantes, en que la pena de ver partir al otro es grande, la confianza debe prevalecer… Si las cosas son claras nadie tendría por qué terminar sintiéndose mal o el malo, porque se obró desde un punto en el que se tomaron en cuenta los sentimientos de la otra persona.
Si ambos actores se entregan de corazón, si aceptan la vulnerabilidad del otro, están en condiciones de pensar precisamente en el otro, en cuidarlo, y así no habría porque tener miedo de salir lastimado, pero si uno afronta el reto desde una posición egoísta… entonces, es muy probable que el más entregado acabe dañado, y con el daño una herida terrible: pánico ante la idea de volverlo a intentar. PÁNICO, y la sensación de que algo debe cambiar en su corazón, algo cálido por algo frío, por ejemplo. No hay nada peor que no saber. No, perdón, si hay algo peor… saber que no se corrió el riesgo por miedo, inseguridad, por ese PÁNICO guardado, por una maricona incapacidad de dejarse llevar (cuando la pareja o probable pareja tenía la intención de sí hacerlo)… Eh, eh, eh… y hay otra cosa aún peor: entender que esa falta de compromiso se llevó consigo la posibilidad de vivir algo grandioso.
PD: Un video muy interesante (gracias Ángela) sobre el poder de la vulnerabilidad y algunos tips para (re)animarse (gracias Romina).
Vulnerable - Roxette
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Interesantes observaciones mi estimado, tan solo agregar algo que podría ser entretenido, con respecto a dos cosas... cuando uno dice tenemos las cosas claras o tengo las cosas claras, suele ocurrir con frecuencia que quien la usa tiene esa clara e indefectible sensación de tener un suerte de seguro frente a cualquier "eventualidad" y así evitar cualquier tipo de problema con ella o el.
ResponderEliminarEs como cuando uno borracho o borracha dice, sabiendo de antemano que estuvo lo suficientemente conciente para acordarse pero lo suficientemente inconsciente para dejarse llevar por el momento o la situación y sacar el argumento de..estuve borracho(a) y asi salir librado...
Lo segundo es llegar a la imposibilidad de creer en tener una (posibilidad) frente a una chica(o) refugiándonos en el miedo que por azar, casualidad o destino nos ha tocado vivir y seguramente nos tocara vivir.
(bryce diría que eso es vivir)
El miedo es algo que tenemos todos y que desarrollamos(no es malo para nada) a lo largo de nuestras vidas y que en ciertas ocasiones nos hace (re)pensar cuando nos enfrentamos a un sinnúmero de eventos,y aquí la gran diferencia con tener PÁNICO,porque el pánico no te ayuda a enfrentar o solucionar situaciones, no crea en ti una suerte de mecanismo(s) de supervivencia(s), ni mucho menos, simplemente te nubla, te paraliza y te deja sin respuesta.Para comenzar una relación sea cual sea, el temor de salir herido es normal y natural por que en el corto o largo camino pueden pasar miles de cosas,si empiezas o empezamos algo manejados por el panico, la posibilidad de sacar algo(lo que sea) adelante se vuelve una imposibilidad.
cuidate oie mi kerido toyota!!!
pd: se entiende no? pq escribo malazo...hehehe
Buena observación. Y sobre lo del miedo, como se ve que no me lees, jajajaja... checa: http://gatodebronce.blogspot.com/2010/02/el-miedo.html
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