martes, 25 de junio de 2013

I want to ride my bicycle ♫

Cuando niño tuve que renunciar a la posibilidad de aprender a montar bicicleta. Mi padre, que como yo carga encima algunos traumas inconfesables, jamás me iba a comprar una y mis amigos de barrio más cercanos no contaban con alguna, así hice de tripas corazón y en lugar de pedalear me dediqué a mejorar mi técnica en los videojuegos.
Mientras mi hermana fue adiestrada en el arte de utilizar una bici por un tío, mi hermano aprendió a ir en dos ruedas de manera autodidacta -lo mismo le pasó con la natación y los carros. Yo, en cambio, solo me contentaba con ser paseado por mis amigos o alguno de mis familiares, algo que me encantaba porque de copiloto podía disfrutar del viaje sin prestarle atención a los vehículos y a los transeúntes que se pudieran cruzar en nuestro camino. Era divertido, pero siempre sentí que faltaba algo. En revancha, la única vez que intenté ser el conductor de mi propio destino biciclero no pude con mi incapacidad para mantener el equilibrio y, desde luego, con la nula coordinación que hasta el día de hoy ha evitado que pueda coger -como dios manda- una guitarra. Por ello, terminé estampándome contra un árbol y con varias heridas en el brazo y las rodillas.



Luego crecí y nadie me preguntó entonces si sabía montar o no una bicicleta, mas sí: "¿Sabes conducir (un auto)?", a lo que yo contestaba con el clásico y tonto chiste: "No sé ni manejar mi vida, menos voy a saber manejar un carro", pero la respuesta debió haber sido siempre: "No sé ni manejar bicicleta. Punto". Quizá sean dos cosas totalmente distintas, pero, para ser sinceros, ustedes comprenderán mi ignorancia, de eso no tengo la más mínima idea.
Nunca me llamó la atención y no fue hasta que mi -ya no tan- reciente actitud de probarlo todo empezó a desarrollarse que consideré darle una oportunidad al niño que nunca fui y aprender a manipular uno de esos bichos de dos ruedas. Fue mi buena amiga Ángela la que me incrustó la idea de hacerlo, cierto día en la Universidad Católica, cuando aún trabajábamos juntos y éramos asiduos concurrentes al Mirador del Centro de Lima junto a la ex a la que no sé si llamar ex. "Un día hay que enseñarle", dijeron ambas, y yo feliz porque las estimaba horrores, por la confianza y porque, honestamente, sabía que podía caerme sin salir muy herido ya que mi cuerpo era más grande que cuando chuckie. Sin embargo, la ex, que siempre me hablaba de lo genial que era montar bicicleta, terminó conmigo antes de demostrármelo y Ángela cambió de chamba. Así, el interés -el mío- se diluyó como hielo en el agua, pese -incluso- de saber a una de mis mejores patas, Vania Almendra, ferviente admiradora del aparato ese y participante de cuanta actividad le incluya, como carreras de calatos y cosas parecidas. En foto siempre se le ve sonriente sobre una bicicleta. "¿Acaso sabe algo que yo no sé? ¿de qué demonios me estoy perdiendo?", pienso ahora.



A diferencia de lo que ocurre en Lima, en el que bicicletear es un deporte de alto riesgo, en París -me cuentan- hay mucho más respeto por el ciclista y se puede salir a pedalear sin miedo al atropello y a irse pa' la Habana, es decir, ir y no volver más. Con esas, hay incluso un sistema de alquiles de bicicletas que cuenta con mil 200 estaciones en toda la ciudad y sus alrededores, es decir, con un montón.
Luego de saber todo esto, el ánimo por aprender a montar bici regresó y con más fuerza después de que un par de amigas lo volvieran a remover. En Italia, hace unos días, mi madrina me preguntó por qué es que no sabía conducir (auto) y yo, tras contestarle con mi chiste de rutina ("No sé ni manejar mi vida, bla bla bla"), le prometí primero aprender a montar un velocípedo (sí, así se dice también bicicleta :P). Personalmente, creo que nunca es tarde para instruirse en algo y sería una buena forma de dejar atrás una vieja deuda conmigo mismo, así que habrá que intentarlo.



PD: Colofón (bastante triste, por cierto... así que ¡alerta!)... ¿Por qué es que mi padre no quería que montara una bici? Me lo comentaron recientemente en Italia... su hermana... y la cosa va así: Resulta que ambos tenían una tía muy apreciada que cierto día perdió a su padre. Veinticuatro horas después de su entierro, que resultó ser en una localidad bastante rural, su hijo mayor falleció atropellado tratando de devolver una bicicleta en un pueblo cercano. Todo un drama que me hace, ahora, comprender por que mi papá era tan cerrado respecto al hecho de que mis hermanos o yo andáramos en bicicleta. Años más tarde, si no me equivoco, esa misma tía, agobiada por un tipo de cáncer, pasaría sus últimos días en casa de mis abuelos. Mi papá siempre cuenta esto último (mas no lo primero) recordando lo duro que es ver sufrir a un ser querido, sobre todo, con dolores que nadie en esta vida debería tener.

domingo, 23 de junio de 2013

Bitácora de un gato en Pavia: Como en casa

Si Bologna es una ciudad sorprendente, pues por donde se mire siempre hay algo que comentar, Pavia es pintoresca: la llamada Ciudad de las Cien Torres es colorida y amable con el visitante. Allí, junto a la buena sensación que me dejó poder conocer algunas de sus atracciones, como el Castello Visconteo, la iglesia de San Pietro in Ciel d'Oro y el Ponte Coperto, que cruza el río Ticino, pude obtener la dicha de cumplir con un viejo pospuesto mío: el visitar a mis padrinos en su casa.
La verdad es que fue un sueño cumplido y un encontrón con algo que me encanta: la posibilidad de pasar los días en familia y sentirme así como en mi propio país al lado de gente que me quiere mucho y a quien le tengo una confianza abrumadora, así que punto para Italia y para mi lista de logros.
Por otro lado, ayer paseamos por Milán y, como vale la pena, la ascensión a su famoso Duomo fue algo que -estoy seguro- no olvidaré por el resto de mi vida.
Se trata de una catedral gótica que tiene 157 metros de largo y puede albergar 40 mil personas en su interior. Con harta decoración a cada paso, uno puede llegar a maravillarse ante la precisión y detalle con los que sus constructores debieron de haber trabajado.


Curiosamente, la Certosa di Pavia, hogar de los monjes cartesianos, empezó a construirse con la idea de emular al Duomo milanés, para lo cual contó incluso con sus mismos arquitectos y obreros, pero el cambio en los estratos de poder demoraron su finalización y la variación en los gustos de estilo la terminaron erigiendo como uno de los ejemplos más notables en cuanto a la utilización conjunta de los estilos gótico y renacentista.

Bella ciao - Mercedez Soza

martes, 18 de junio de 2013

Bitácora de un gato en Toscana: Mamma mia!

Dulces mañanas... el calor es sorprendente. La casa en la que me alojo es genial: enorme como un sueño. Y desde la ventana de mi cuarto se puede ver un valle extenso y verde. Siempre es bueno alejarse un poco para encontrar paz.


Estoy verde - Charly García

jueves, 13 de junio de 2013

Bitácora de un gato en Nice: el tren más lento del mundo

Supuestamente mi grupo y yo teníamos que tomar un tren anoche y llegar hoy por la mañana a París, sin embargo, ¡oh, Francia!, una huelga lo canceló, así que, caballeros, resolvimos quedarnos en el hotel más barato y disponible que encontráramos... y lo que pasó fue que pasamos de alojarnos en un fantástico estudio en Cannes, que hasta cocina tenía, a una suerte de cuchitril en Nice, con baño compartido, con una ducha malograda -también compartida- y una puerta que apenas y cerraba, todo por el mismo precio.
Entonces, nos aferramos a una noche super linda, al borde del Mediterráneo (en la que extrañé, ¿sí, buenas?, la Costa Verde limeña) y a una mañana en la que la novedad era montarnos en un TGV (Tren de Gran Velocidad) al margen del mal rato del intento anterior por volver a nuestra ciudad cobija. Con la sonrisa congelada, en la estación nos recibieron luego con un "no tienen asientos reservados, así que van a ir parados", mon dieu, c'est la France.
Afortunadamente, mi grupo y yo, separados por las ingratas circunstancias, conseguimos hacernos con sendos lugares y no sudamos la gota gorda como sí la sudaron muchas personas, turistas en su mayoría, que no sabían, como nosotros, qué era lo que estaba ocurriendo (una pena que la información solo la pasaran en francés). Asimismo, producto de la cantidad de pasajeros, el tren de gran velocidad marchó como un tren regular y, si bien anunció al inicio del viaje que llegaríamos a París con un retraso de 15 minutos, sobre el camino se anunció otro de dos horas, lo que dio un gran total de ocho horas de lento andar hasta que, finalmente, vi con alegría el letrero que reza Gare de Lyon. París al fin, excelente noticia. Y así terminó un voyage pintoresco, que en líneas generales fue bastante bueno, pues no todos los días uno puede bañarse en Nice o en Cannes o comerse un penne arrabbiata a media cuadra del Casino de Montecarlo.

Tren al sur - Los Prisioneros

miércoles, 12 de junio de 2013

Bitácora de un gato en Mónaco: Hogar de los Grimaldi

Mis amigos y yo despertamos hoy en Cannes y nos dirigimos a Mónaco, donde visitamos el Casino de Montecarlo y el Palacio del Príncipe de Mónaco.
Mónaco es el segundo país más pequeño del mundo después del Vaticano. Sus aguas están llenas de yates lujosos y sus calles muestran palacios y fuentes de agua. Todo aparenta ser caro. Lo es.


Al margen de ello, lo que me llamó la atención fue el orden extremo y lo pulcro de sus calles. Los autos, por ejemplo, se detienen ante la presencia de un peatón, pues no hay semáforos... algo loquísimo, sobre todo para un peruano acostumbrado a jugarse la vida en cada esquina limeña.
Otra cosa que me pareció interesante fue el encontrar el apellido "Grimaldi" por todas partes, pues, como sabrán, mi apellido es Grimaldo. Sobre esto, yo siempre pensé que los Grimaldi, italianos ellos, habían llegado a la costa peruana y se habían hacendado en Ica, lugar en el cual su apellido se castellanizó. De esto, mi abuelo, chinchano él, tengo entendido, confirmaba la existencia de algunos parientes suyos de sangre europea pura.


Señala una fuente de apellidos peruanos: Grimaldo, "procede de Grimaldo, hijo del rey franco Pipino del Heristal, soberano de Austria, que murió en el año 714. En el siglo VIII se asentó en Italia. De Génova pasó a España, según conocemos por un privilegio otorgado por el rey de Aragón".
¿Puede ser? desde luego, como también esto otro, más documentado: "La familia Grimaldi es la dinastía en gobierno más antigua de Europa, con más de 600 años de poderío en el pequeño principado de Mónaco. El origen de la familia se remonta a las primeras cruzadas y a Génova, en pleno auge por ese entonces. Grimaldo, un estadista genovés dio a luz una descendencia prodigiosa: sus hijos y nietos llevaron adelante exitosas expediciones marítimas en el Mediterráneo, el Mar Negro y el Mar del Norte, convirtiéndose en una de las familias más poderosas de la ciudad de Génova". Lo que significaría que, más que castellanizarse, el apellido volvió a ser el que era al llegar a América. Vaya, vaya... quizá soy conde y ni idea.

Atrapo la ilusión - Elizabeth Grimaldo (¿?)

martes, 11 de junio de 2013

Bitácora de un gato en Nice: Camino al mar azul

Como un niño, apoyado frente a la ventana del tren, viendo como los árboles pasan y el océano empieza a aparecer, magnánimo. La sensación es similar a la que tenía cuando mis padres me llevaban a Ancón, un balneario ubicado al norte de Lima. "Playa", pensaba, y mi corazón saltaba de alegría, pues sabía que vendrían buenos momentos.
Afuera hay un mar enorme, esta vez es azul, como nunca he visto uno en mi vida. "Genial", pienso ahora. Très cool.


Porque este amor es azul, como el mar azul ♫

Estuve molestando mucho con esa canción... mi grupo, formado por dos amigas rumanas y un colombiano, empezó el día arribando a Nice. La caminata allí, transitando por la Promenade des Anglais, es super interesante y bella, pues la vista de los alrededores es algo formidable. Guardando las distancias, me recordó un poco a la que se ve en la Costa Verde, solo que albastra (que es azul en rumano, según me enseñaron).
Por la tarde tocó ir a Cannes, donde, por fin, pude remojar mi cuerpo y nadar en aguas mediterráneas. Un rico helado en el pueblo antiguo de Nice y el mundo se ve de una forma distinta.

Blue morning

Nuit, voyage
sin reflejos, el vidrio
afuera
cualquier ciudad se parece, a esta
como luciérnagas pasan
las luces
en la oscuridad
y cuando la mañana llega
rumbo a Niza
matin, voyage
afuera es azul
mar inmensurable
el reflejo, el vidrio
es un gesto
que aprueba la aventura
océano, recuerda
rica extensión de sueños
                          inexplorados
océano, recuerda
bonjour, ça va?
Camino a Nice, en Toulan

A murder of one  - Counting Crows

sábado, 8 de junio de 2013

Bitácora de un gato en París: Redondito

Y todos los caminos conducen a Roma, literalmente, porque en unos días el premio al esfuerzo se convertirá en un viaje a Italia. El esfuerzo, mucho, constante... en principio, haber creído al inicio que era todo muy difícil y, a punta de ganas y carajos, continuar... avanzar hasta hacer posible un primer semestre decoroso que se prolongó en un segundo aprobatorio. Presenté mi Mémoire, peleé contra profesores racistas e intransigentes y contra un sistema aparentemente hecho para joder al estudiante extranjero mayor de 23 años (bueno, nunca tanto). Vi mis notas del Máster 1 por Internet y la alegría llegó con una palabra: ADMIS (admitido). Así, tras enjuagarme las lágrimas que me brotaban, como alguna vez cayeron en Lima al saberme parte de la Universidad Paris 3 Sorbonne Nouvelle, lo que hice, casi por instinto, el de supervivencia que aprendí a encender aquí, fue pensar en lo que se viene: el Máster 2, el mantenerme económicamente hablando, la imperiosa necesidad de mejorar mi manejo del francés... así que la sonrisa me duró unos minutos, pero ¡vaya! ¡qué sonrisa! "Ahora tengo a quien abrazar, con quién hablar en vivo, a quién contarle todas estas cosas", también reflexioné, recordando lo duro que era sentirse solo estando realmente solo. Con esa tranquilidad, ya establecida, llamé a mi hermana y a algunos amigos, sereno y orgulloso. Justo en ese momento, leí un notición: "Ollanta Humala decidió no indultar a Fujimori tras 'valorar' arrepentimiento de ex presidente", y bueno, otra vez se me revolvieron los pensamientos: "Tarde, pero llega, la justicia". Ya en casa, luego de dormir un par de horas, mis colocs y yo nos despertamos a las 4 de la mañana para ver el partido por las Eliminatorias al Mundial 2014 entre Perú y Ecuador. La dicha se triplicó entonces: gol de Claudio Pizarro. Con eso, la selección peruana, en el Día de la Bandera, derrotaba a un equipo al que no le había podido ganar en 36 años. C'est la vie.


Por todo eso y muchas cosas más (¿ven a mi casa esta Navidad?), me mantengo con mi idea sobre el éxito, pues este definitivamente no se mide con propiedades, autos o riquezas, sino con sabernos felices, transitando por un camino elegido con nuestra mente basándonos en nuestros corazones y sueños. Por eso, y aunque yo no sé mañana, ahora mismo soy muy feliz.

PD: Desde aquí agradezco a mi familia, fuente de toda inspiración y alegría, y a todas aquellas personas que han contribuido a hacer esta aventura posible, a la gente que me apoyó en los momentos más jodidos y que, desde lejos, continua mandándome su buena vibra. Sí, a ti gozón. Un abrazo.

Le long de la route - Zaz

jueves, 6 de junio de 2013

Bitácora de un gato en París: De boleto

No dormir puede ocasionar consecuencias funestas para la salud. En principio, no dormir atenta contra la concentración, produce somnolencia, malhumor y torpeza, y una paulatina pérdida de la proactividad. Por ellos mismo, una persona debe dormir -aunque esto dependa de cada organismo- en promedio entre 7 y 9 horas diariamente para mantener un cuerpo entusiasta y todoterreno. Por si fuera poco, dicen los que saben, es decir, los expertos, que el dormir poco o mal puede hacer que el cuerpo produzca más sustancias químicas y hormonas que pueden producir enfermedades cardíacas, aumentar el riesgo de cáncer y de diabetes, la pérdida de la memoria y conducir a la obesidad.  Asimismo, en condiciones experimentales han comprobado que tras 72 horas sin dormir un ser humano empieza a producir, de manera involuntaria, microsueños que tienen una función regenerativa. Sin embargo, como un microsueño no es "dormir dormir", durante este el nivel de vigilancia disminuye así como la capacidad de juicio en una situación de riesgo (algo terriblemente peligroso cuando se está manejando un vehículo, por ejemplo).


Bueno, todo ese floro para empezar a contar lo que me pasó ayer, luego de haber dormido apenas unos 30 minutos en un lapso de 48 horas, y justificar el haberme comido un paradero por quedarme jato, por primera vez en mi vida, pues por lo general mi cuerpo "me pasa la voz" cuando ya estoy llegando a mi destino y me despierto presto a decir "chifa baja" o "cartel baja" y a hacerle caso al cobrador y a su "pie derecho, pie derecho". Nada sirvió esta vez. 
Mi día había iniciado saliendo de una discoteca cerca de Les Champs Elysees junto a dos amigas rumanas a quienes despedí en la gare Charles de Gaulle-Étoile. Hasta allí todo bien. Me hubiera ido a dormir chez moi (a mi cuchitril, pe), pero decidí irme "de boleto" a la casa de unos amigos peruano-belgas, pues había quedado con ellos en recoger a sus hijas a las 11 de la mañana de sus clases de música. Chapé entonces mi RER Línea A rumbo a Bry-sur-Marne‎ y, literalmente, llegué con el pan bajo las primeras luces del día, ya que camino a su hogar pasé a comprar una baguette.
Honestamente, yo hubiera cambiado la vista al Arco del Triunfo por un Begui, el fantástico pollo a la brasa que siempre me pareció el más rico del mundo, me imagino, por las condiciones en las que lo consumía: con litros de alcohol en la sangre (bueno, nunca tanto), a las 5 de la mañana, y luego de salir de tonear de algún local del Centro de Lima. Un desayuno de campeones. 


Tras cuidar a las niñas y dejarlas en manos de sus progenitores golpe de 6:30 de la tarde, me fui directamente hacia Les Tuileries. Allí me junté con unos amigos colombianos con quienes había quedado en hacer un pique-nique explotando el buen clima. En el tren aproveché para mandarme una "cabeceadita" de aproximadamente mil 800 segundos (¡santos 30 minutos reparadores!) y una vez en el lugar del encuentro, risas van, risas vienen; tres vinos, algo de huancaína, algunas carnes, zanahorias, pan y sonrisas me devolvieron al mundo de los vivos por un rato. Chau compadres y otra vez al ruedo del RER, que demoraba horrores mientras yo, reclinado sobre una máquina expendedora de bebidas gaseosas, peleaba por no perder la conciencia. 
Luego de ayudar a un grupo de turistas españoles que se dirigían hacia Disney y no sabían si aún pasaban trenes hacia su destino, me trepé al transporte más próximo y, sin querer queriendo, me entregué a los brazos de Morfeo confiando en el instinto que siempre me ha despertado en trámites similares, perooo... esta vez me abandonó a mi suerte, ya que cuando me dijo: "Oe, causa, se te va el tren", literalmente vi como las letras del panel que reza Saint-Maur-Créteil, la estación en la que me bajo para llegar a casa, pasaban ante mis ojos velozmente... y como en París no hay eso de "Pare, pare, baja, baja, ¡baja!" me tocó descender en la siguiente estación, Le Parc de Saint-Maur, solo para decepcionarme al darme cuenta que ya no iban a pasar más trenes de vuelta. A caminar se ha dicho por zona desconocida a pulso de instinto, sí, el que me había fallado hacía unos instantes, armado de algunas canciones que llegaban a mi cerebro con la ayuda de mi reproductor mp3. Cantando Es por ti, Y puedo vivir del amor, La melodía, Llamado de emergencia, Mi dulce niña, entre otros, llegué sorpresivamente bien a mi humilde morada, sin dar vueltas al azar y gritando los coros como loco calato por las calles indómitas. Allí aún estaba despierto el buen Mariano. 00:53 horas y me quedé conversando con él unos 40 minutos más, conchudísimo, hasta que me dijo: "Tengo sueño, me voy a dormir", y recordé que yo también, que era hora de volver a aquella cama que no había visto en las últimas 48 horas.
Zzzzzzz... buenas noches.

Es por ti - Cómplices

domingo, 2 de junio de 2013

Bitácora de un gato en París: Cuando Varguitas quería ser escritor francés

Mientras explicaba la influencia de las obras de Sartre o Camus en la suya, un bosquejo de sonrisa acompañaba cada una de las frases que expresaba.Vargas Llosa se veía feliz y tranquilo, como si no estuviera hablando frente a un salón lleno de personas provenientes de diferentes naciones. Muchos peruanos asistieron, sin duda -entre ellos quien escribe este blog-, pero también habían colombianos, chilenos, rumanos, españoles, chinos... y, desde luego, franceses en el Auditorio Descartes de la Universidad Paris-Sorbonne. Definitivamente, bastaba verle la cara: a miles de kilómetros de la tierra que lo vio nacer, el Nobel de Literatura 2010 se sentía como en casa o, en todo caso, como si estuviera contándole a su mejor amigo qué lo motivó a convertirse en el extraordinario escritor que es hoy en día. Todo ello en un correcto francés.
Allí estaba el literato, cerrando con una charla magistral el trato: el centro de educación superior parisino pasaba así a formar parte de la Cátedra que lleva el nombre del peruano, lo que permitirá el desarrollo -en su sede- de las distintas actividades académicas e intelectuales que pueda llevar a cabo la Cátedra, como coloquios, seminarios, ciclos de conferencias, cursos magistrales presenciales, actos literarios online, talleres de análisis de escritura de textos literarios, etcétera. Allí estaba el literato -anunciamos ya-, radiante, asegurando que el sueño de viajar a París se gestó en su cabeza de tanto repasar a Víctor Hugo y compañía. "Yo quería leerlos en su idioma", así que aprendió la lengua de Balzac y Alexandre Dumas.  "Cuando llegué a Francia creía que había arribado a un país de ensueño, y no me equivoqué, pues aquí la cultura tenía un protagonismo extraordinario".
Qu'est-ce que la littérature? (¿Qué es la literatura?), se preguntaba Sartre y, desde luego, también el autor de La tía Julia y el escribidor: "Su obra me marcó mucho durante mis años universitarios, una época en la que me sentía confundido y no sabía que dirección seguir, pues a través de la dictadura militar descubrí la brutalidad, la explotación, la injusticia... (Sartre aseguraba) que la literatura afecta la vida, que puede cambiar la historia, y le creí, pero luego empezó a decir tantas cosas sin sentido que me volví hacia Camus".
Como se dice en la tierra de la papa a la huancaína, los anticuchos y el mejor cebiche del mundo, Latinoamérica le "tiraba arroz" a muchos de sus escritores. En casa -reza el viejo y conocido refrán "nadie es profeta en su tierra"- no se apostaba por sus escritores, pero ¡ay! en la Ciudad Luz la situación era otra: "Aquí", enfatizó el Nobel de Literatura. "Aquí conocí a Borges, que en Argentina no era tan reconocido. Él dio una conferencia sobre la literatura fantástica que repercutió por todo el mundo. Así fue como en América Latina se dieron cuenta que contaban con un escritor tan bueno... París era (claro está) la capital de la literatura Latinoamericana".
Allí estaba el literato -anunciamos ya-, contento, sincerándose ante el auditorio: "Yo llegué a Francia con la idea de convertirme en un escritor francés". Es la verdad. "Sin embargo, descubrí que era latinoamericano, solo que yo no lo sabía. Había leído tan poco (la literatura latinoamericana) que no sabía sobre sus escritores, pero en esta ciudad descubrí a Cortazar, por ejemplo. Estaban todos aquí. Así que al final me reconocí como latino gracias a París".
Unos años más tarde, golpe de 1967, Vargas Llosa tuvo la oportunidad de viajar a Inglaterra, una experiencia que también lo marcó: abrir los ojos por contraste, le llaman. "Allá era un mundo diferente. Había una revolución diferente, ya que la música se convertía en lo más importante. Es un país admirable, pero la nostalgia con Francia siempre me estuvo ligada a la importancia que le da este país a la literatura. Esto es algo que está desapareciendo en el mundo, pues cuando se piensa en literatura se le ve como algo que sirve pata divertirse, es decir, como una herramienta para olvidar los problemas... pero la literatura siempre ha sido un instrumento para el progreso humano".
La vie est mal faite (la vida está mal hecha), afirmó Varguitas, ¡como no!, ufano, pese al mensaje potencialmente depresivo de su frase. Y claro, justa razón tiene, él sabe: "La literatura siempre ha sido un instrumento para el progreso humano que ha creado lectores convencidos de que la vida está mal hecha, que es insuficiente para materializar nuestros deseos, nuestros sueños, lo que nuestra imaginación es capaz de construir". Entonces, aquella suerte de golpe contra la ficción intocable, aquél suspiro de excelencia induplicable, esta verificación de que el mundo no es comparable al de la fantasía... "todo ello nos hace rebelarnos", querer seguir creciendo para acercarnos lo más que se pueda a la perfección (por imposible que esto sea -como se dice en un país futbolero como el del huayno y la papa- "sobre la cancha"). "Esta visión se la debo a la literatura francesa". Amén.      


PD: La Cátedra Vargas Llosa nació en 2011 como una iniciativa conjunta de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes con las universidades españolas de Murcia, Valladolid, Europea de Madrid, Málaga, La Rioja, Alicante, Granada, Castilla-La Mancha, Las Palmas de Gran Canaria e Internacional Menéndez Pelayo. En 2012 se sumó la Universidad de Guadalajara (México) y, este mismo año, las peruanas Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad Femenina del Sagrado Corazón, Universidad de Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Peruana Cayetano Heredia, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, Universidad Ricardo Palma y Universidad San Ignacio de Loyola.

PD2: Una vaina lo del micro (que nunca funcionó bien durante toda la charla)... desorganización total que no me extraña de la Sorbonne.

PD3: ¿Sabían que la película Tune in tomorrow, con Keanu Reeves, está basada en La tía Julia y el escribidor?

I've got a mind to travel - Albert Collins