miércoles, 21 de agosto de 2013

Bitácora de un gato en París: Nadar

Supongo que es así como deberían funcionar los lugares públicos en un país civilizado: ordenadamente. Al menos aquí eso resulta con las piscinas de la ciudad. Tres euros y puedes practicar un deporte sumamente beneficioso para la salud. Yo fui ayer y fue... mmm... primero un poco raro, pero luego interesante. De arranque te piden respetar algo que llaman el circuito de limpieza: entras sin zapatos a la zona de vestidores, te cambias, allí dejas todo a excepción de tu toalla, luego pasas a las duchas por el remojón de rigor y, finalmente, al agua patos. Al salir, haces lo mismo, pero al revés, garantizando -supuestamente- la menor cantidad de gérmenes en los ambientes compartidos. Lo de sentirme raro pasó cuando vi que yo era el único con shorts en el lugar y la verdad me sentía observado, hecho que se confirmó cuando un empleado me dijo que no podía entrar con esa ropa a la piscina, así que me tocó comprarme un nadador super pegado con el que regresé al ruedo. Si en Perú se me hubiera ocurrido ir así a una piscina o a la playa definitivamente se me hubiera tildado de gay o raro y la gente se hubiera matado de risa en mi cara sin ningún remordimiento. Y allí estaba yo todo apretado, con un gorro en la cabeza, recordando un capítulo de Seinfeld en el que George sufre los estragos causados por el agua fría (if you know what I mean), y con una amiga que me sonreía y se divertía ante mi roche. Luego todo fue agradable, pues nadando uno se puede olvidar de todos sus problemas. En Francia las piscinas no existen como en Perú -generalmente- para divertirse haciendo chacota, por el contrario, son lugares en los que se va a hacer ejercicio, por ello mismo no puedes "relajarte" de espaldas dejándote llevar por el agua, bucear a lo loco o cruzarte frente a alguien de golpe. Hay que nadar y nadar, de un lado hacia otro, sin molestar al resto, sudar, por así decirlo. De allí que sea importante entrar con la indumentaria adecuada, por más que uno no este acostumbrado a tomarse el asunto tan en serio.

PD: También debió de ser gracioso verme sufriendo en las partes de la piscina que superaban los dos metros de hondo, pienso, por mi antiguo trauma y la manera en que me agarraba a los bordes, pero bueno... al temor no hay que hacerle caso.

Nightswimming - REM

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