Me alejé. Paso a paso sentía que daba tumbo y tumbo. Tenía que tomar una decisión, mas temía que ella, después de todo el tiempo que había transcurrido, me dijera que no le importaba, que lo que yo había pensado había sido una relación increíblemente buena y sincera solo fue una farsa, una insignificante manera de pasar el tiempo. Me alejé porque tenía que tomar un respiro. La extrañaba, pero no me podía arriesgar a caer aún más del fondo en el que me había sumido mi ex enamorada y del cual empezaba a salir.
"Hola, ¿cómo estás?", exclamó, fría, y yo contesté, igual de gélido, con un "Hola, bien, gracias". No estábamos en medio de la calle, sino rodeados de gente que nos estimaba, así que valía mucho la diplomacia en el contexto de un bar, algunos pisco sour y las intenciones de todos de tener un rato agradable. Uno de mis mejores amigos me pidió acompañarlo a retirar dinero de un cajero y no lo dudé. Me alejé porque tenía que tomar un respiro y sacar de adentro todo lo que estaba pasando por mi cabeza.
-Necesitas relajarte -me exigió mi pata.
-Lo sé, pero tú sabes que esto es muy frustrante para mí. Tengo a unos metros a una de las pocas personas en el mundo que es capaz de hacerme sentir bien después de toda la mierda que me ha pasado y ahora mismo le puedo hablar a quien sea menos a ella.
-Hazlo. Pregúntale qué ha sido de su vida.
-Tengo miedo de que me tire arroz y me baje aún más la moral.
-Si hace eso entonces cágate de risa y sigue. No vas a perder nada.
Volviendo al resto lo encontramos con chelas y a punto de echarse a bailar. "Cuánta risa", pensaba... y entonces ella se me acercó y me pidió acompañarla en la siguiente canción. Tras el aplauso de todos los presentes y el fin del movimiento de caderas, me coloque a su diestra.
-Discúlpame por todo lo que pasó -me dijo destrozando todas mis defensas.
-No te preocupes -le contesté asombrado y aliviado- Olvídate de todo, eso ya fue. Lo más importante es que ambos estamos aquí y tenemos que pasarla bien.
-¿Cómo estás?
-Ahora ya estoy bien... sí, mucho mejor.
-Sabes, tenemos que juntarnos y tomar un café o algo así, seguro tenemos muchas cosas que conversar.
-De todas maneras. Mira... yo también tengo que pedirte disculpas... a mí me hubiera gustado poder estar en las buenas y en las malas contigo...
-No te preocupes. A partir de ahora tú y yo vamos a empezar desde cero.
Pasamos unos días interesantes, como antes. Yo estaba feliz: ella era ella, la de siempre; y yo, después de haberme sentido tan otro durante meses, también era yo. Luego se fue del Perú, como estación que promete volver y como lo han hecho, por motivos familiares, laborales o de estudio, las personas a las que más quiero y querré. Cuando retorne espero esté lloviendo: me urge invitarle un helado.
Waiting for a friend - The Rolling Stones
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