domingo, 25 de septiembre de 2011

Giros

Todo da vueltas como una gran pelota... todo da vueltas casi ni se nota



Y entonces, como jugando, los demás saltan, brillan, y giran, como en la canción. Y entonces, sin planificarlo, me transporto. Y entonces, giro yo, en sentido contrario, una y mil veces, a cien, doscientas, mil, ene revoluciones por minuto. Giro yo, intentando comprender el destino, por ejemplo, de una fotografía incolora, apenas viva en la memoria, o el de un amigo al que no le llegan las palabras de aliento. Giro yo, tratando de entender cómo funciona el cariño que no se prolonga, aquél que no es correspondido y se extingue -como un cigarrillo en la boca- marcado por un destino ineludible y patentado por la inmisericorde indeferencia. Y entonces, giro yo, y creo que en algún momento me detengo y permuto. Y entonces, sin planificarlo, me mato de risa impulsado por el resto, sus sonidos y su propia velocidad. El alcohol hace las veces de sangre y los demás, de cortinas de humo. Y entonces, la noche sigue... y sigue... y sigue... con todos y en uno.

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