Pesan el paso de los años, las sombras bajo los ojos, las manos que ya no están tan firmes. Pesan el corazón indeciso, el alma que no levita, la sabiduría que no alcanza. Pesan la coraza, un amor que perfora el pecho, ella que lo intenta y uno, que no reacciona. Pesan la balanza, de mi maldito signo equilibrado, las balas que dejaron marcas, la imperfecta armonía. Pesan las condiciones que imponen los números, las fechas de entrega, la plantación de una musa, la sonrisa inolvidable de una inocente desgraciada, el faro que no despide luz, la cama solitaria, unas tristes dudas. Pesan la cobardía, el beso que evitó caer sobre sus labios, los abrazos que nunca se formaron, el niño aquél, del poema de un uruguayo, la melancolía desatada a partir de los mismos errores. Pesan como cielos, como mil demonios. Pesan como todo, como nada. Pesan y no aguanta mi espalda. Pesan, los adioses, la dificultad para decir "hola, bienvenida a casa". Pesan... Pesan horrores, pero ya llegará la calma.
Paramar - Los Prisioneros
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