Al parecer, las mujeres lloran cuatro veces más que los hombres. Copio y pego a continuación un artículo que me llamó mucho la atención sobre el tema:
Por una película, una pelea sin sentido, un pantalón que no entra, una conquista fallida, un desengaño, por miedo, o a veces de risa… Llantos acongojados, tímidos, en público, en privado, sin importar quién mira, o esperando a cerrar la puerta para poder hacerlo.
A veces inevitable, el llanto sólo sucede, sin esperar lugares o espectadores o razones, más que las ganas de deshacerse de alguna carga que llevamos dentro.
Iguales hasta los 13
Que un hombre y una mujer se emocionen por las mismas cosas no sucede muy a menudo. Si una mujer llora con una película romántica, puede resultar algo vergonzoso, pero normal, para un hombre sólo lo primero.
El estereotipo mismo del hombre no se permite sensiblerías. Pero lo cierto es que hasta la pubertad ambos sexos lloran por igual.
Es a partir de los 13 ó 14 años, con la aparición de las hormonas que marcan la diferencia entre los géneros, que se altera la frecuencia y cantidad del llanto.
“A partir de la pubertad la mujer enfrenta un gran cambio a nivel de los ciclos hormonales. Se elevan los niveles de producción de estrógeno y progesterona y estas hormonas contrarrestan la acción agresiva, por ejemplo, que pudiese generar la adrenalina”, explica una de las investigadoras encargadas del estudio.
En resumen, las mujeres lloran de 30 a 64 veces por año, cuando los hombres lo hacen solo de 6 a 17 veces. La duración tampoco es la misma, para ellas es de seis o más minutos y en ellos unos cuatro.
Aunque el llanto también tiene sus beneficios, especialmente el estado de relajación que llega tras las lágrimas: “Es una reacción natural y beneficiosa, que protege, más que ser algo negativo. Puede que sea una razón de por qué las mujeres viven más y mejor que los hombres” agrega.
Lo cierto es que las lágrimas no son todas iguales, según un estudio realizado con anterioridad, existen tres tipos: las basales, que permiten una lubricación continua de los ojos; las reflejas, que se activan por el efecto de un irritante como la cebolla y las “emotivas”.
Para el autor de dicho estudio, el fisiólogo William Frey, las lágrimas “emotivas” al contener una concentración de proteínas, manganeso y prolactina en 24% más alta que las reflejas, indican que el llanto es una especie de catarsis que permite liberar toxinas del cuerpo.
Evolucionismo, psicología y deportes…
Según la doctora en filosofía Carrie Lane, las mujeres fueron seleccionadas para llorar más que los hombres fundamentalmente para pedir ayuda. Para Lane el llanto tiene entonces dos funciones: alertar que se han sobrepasado los límites, por lo tanto, es una manera de detener una agresión y evitar un conflicto aún mayor. Y por otro lado, se trata de una forma de generar redes de protección y crear lazos afectivos. En ambos casos es un mecanismo de comunicación.
De acuerdo a la Asociación Británica de Psicología, el llanto es una experiencia más compleja para las mujeres, puesto que manifiestan sentir muchas emociones en el proceso (alegría, miedo, autocompasión, impotencia, enojo, euforia y frustración), mientras que los hombres solo reconocen haber sido “tocados”.
Las lágrimas en cifras
La investigación realizada con 57 mujeres entre 19 y 63 años y 30 hombres entre 19 y 64, buscó que cada género describiera las situaciones que los llevaron a llorar. La muerte de un ser querido y la separación fueron las causas más citadas por ambos sexos. Ellas en un 40% y ellos en un 26% de los casos.
Los “conflictos” y el “malestar consigo mismas”, fueron para el 22.4% de las mujeres las causas más recurrentes. En otras palabras, sentirse inadecuadas, ser confrontadas por situaciones difíciles de resolver, o recordar eventos tristes del pasado.
Mientras tanto, el 29.6% de los hombres reconoció haber llorado como espectadores de un evento deportivo. Otra de las causas para ellos es la empatía, es decir cuando alguien importante llora.
Según el informe, “las lágrimas se convierten en francos accesos de llanto en el 65% de los casos, para ellas, y solo en el 6% cuando se trata de hombres”.
Lágrimas - Roberto Blades
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