lunes, 11 de octubre de 2010

Buenas nuevas

Ella me miró. Ella me escuchó. En dos horas entendíamos muchas cosas del uno y del otro. Y fue sensacional, porque como pocas veces le ocurre a un mortal, sentí que había encontrado a alguien que finalmente entendía mis desvaríos y me aguantaba. Sus largos cabellos caían sobre su espalda. Estaba linda, como solía estarlo por las tardes; o por las mañanas, cuando se sentaba a mi lado en clase y la pasábamos escribiéndonos notitas dulces y dibujando gatos con chalinas y capas a cuadros; o por las noches, cuando paseábamos por Miraflores conociendo artistas a través de sus obras en galerías. Recuerdo que un día me presentó a Benedetti. “No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes…”, redactó a memoria en mi cuaderno multicolor. Recuerdo que un día se convirtió en la segunda mujer (no familiar) que me veía llorar, cuando desconsolado llegué hasta su casa tras mandar al diablo mis posibilidades de decirle a alguien que me gustaba precisamente que me gustaba. Recuerdo que una vez me quedé a dormir en su hogar -tras las celebraciones por mi cumpleaños- y, asustado por la historia que me contó sobre fantasmas dando vueltas por las habitaciones, solo pude conciliar el sueño por ratos, cuando la contemplaba al frente mío, recostada sobre el mueble mágico, y la notaba poseedora de uno de los rostros más apacibles que he visto en mi vida. Recuerdo que un día le dije “cuídate, que te vaya bien”, y no la volví a ver nunca más, pues su destino estaba en otro país. En aquella oportunidad la abracé fuerte, porque sabía que el cuerpo de alguien genial, quizá la más genial de todas las personas que había conocido hasta entonces, se despedía del mío. No recuerdo haber llorado, mas sí recuerdo, porque fue hace unas horas, haberlo hecho cuando me escribía que pronto, Dios mediante, íbamos a poder volver a cruzar sonrisas cara a cara. Entonces le dije, y estoy seguro que fue por eso: “yo sabía que había una buena razón para no haber podido ir a Francia este año”.

No me verás - Enanitos Verdes

2 comentarios:

  1. OMG gatito, ta q recien veo este post. Te psaste de lindo, mi corazon ha dado mas de mil saltos de alegria y nostalgia leyendo y volviendo a vivir las aventuras descritas...

    y si pudiera, hoy mismo te daria uno de eso abrazos que deja tu esqueletico, amigable cuerpo todo descuajeringado ...

    tantas cosas q no voy a olvidar... momentos en q nuestra amistad se iba formando...y creciendo...

    quiero visitar tu colegio una vez mas...una tardecita gris...y hacerte sonreir

    Meowwwww!!! Muak!
    Gracias por las lindas palabras...de corazon

    ResponderEliminar
  2. Que bueno que te gustara y recordaras también. Te requeteadoro mi estimadísima Rosita. Gloria, dicha y paz ;) Besos!!! (ya ven, ahoritaaaa!!!)

    ResponderEliminar