Alors, comme il dit la chanson: « Il n'est plus qu'un "à tout à l'heure", il n'est plus qu'un bref adieu ». Cuídense y hasta pronto. Nous nous voyons à Lima, à Paris ou à Beijing si c'est le désir de la vie, de nos cœurs et de nos poches. A bientôt.
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Quien escribe es periodista de profesión, peruano y bachiller en Comunicación Social graduado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de mi país y baaa... a lo importante:
Algo que confirmé en París es que no todo está dicho, que la vida te da sorpresas, que sorpresas te da la vida (ay, dios), y que los sueños son como las estaciones, en algunos momentos soleados y en otros con hojas cayendo en medio de la calle, pues cambian de acuerdo a una serie de factores (no necesariamente climatológicos, sino más bien sensitivos y, al mismo tiempo, racionales). No me arrepiento de nada de lo que he hecho y agradezco infinitamente, sobre todo, el haber conseguido rodearme de un puñado de personas a las que aprendí a entender y a querer con el tiempo y el compartir de situaciones cotidianas y extraordinarias. Más allá de todas sus bondades, cultura y la experiencia que me ha dado París, son justamente estas personas quienes han hecho que esta ciudad valga la pena, pues lejos del hogar son los amigos quienes pasan a convertirse en familia y muchos de ustedes en su momento han sido como hermanos y hermanas que escuchan partiendo de una base genial y reconfortante: el cariño, y eso vale más que todo el oro del Perú o que cualquier torre erigida por el hombre. Por eso y muchas cosas más, agradezco su compañía en estos casi 12 meses de lucha... sus sonrisas, sus regaños, sus consejos, ya que me llevo cada uno de esos gestos conmigo guardándolos en el lugar más seguro que tengo: mi memoria. En París he querido mucho (y por un pelo no me he enamorado, jajaja, uds. saben), he renegado mucho (uds. saben, aussi), he caminado mucho, he tomado mucho, he comido mucho, he conocido mucho... etcéteta... he vivido mucho, insisto: no me arrepiento de nada. Tengan por seguro que todo marchará bien de ahora en adelante porque cada minuto es un reto que hay que asumir con voluntad y buen ánimo (aunque a veces uno no esté con tantas ganas). Les deseo lo mejor del mundo y espero que el universo vuelva a conspirar para que nos estemos viendo las caras, quizá un poco más viejos, mas siempre sonrientes y llenos de estima y fe en el futuro, además de orgullosos de nuestro pasado y disfrutando el presente, que para eso es la vida. Así que, como dice la canción: "No es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós". Cuídense y hasta pronto. Nos vemos en Lima, París o en Beijing si así lo quieren la vida, nuestros corazones y nuestros bolsillos. A bientôt.
Jipi jay - Pepe Vásquez / Gianmarco
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