domingo, 12 de diciembre de 2010

No somos máquinas

Esto ya lo había posteado antes (en mi blog anterior), pero bah:

Empezamos a respirar y a dejar en el ambiente la marca inconfundible de nuestras propias esencias... el anhídrido carbónico se escapa del cuerpo a través de pequeñas cantidades de vida, y vuelve convertido en pureza... no somos máquinas, somos seres sensibles, capaces de confundirnos y amar a quien no nos mira, capaces de odiar a quien nos adora o de encontrar en otra persona un alma gemela. No somos máquinas, en efecto, porque las lágrimas que nos brotan -cuando una pena se hace inmensa- brillan en la mismísima desesperanza... y cuando erramos sufrimos, y cuando soñamos lo hacemos partiendo de nuestro propio optimismo. Todos, en conjunción con el cielo, nos maravillamos ante algo nuevo y no caminamos a ciegas, funcionando, creyendo que el universo es un programa informático. No. Somos más que eso. Somos uno, somos cientos... somos millones tratando de entendernos, a pesar de saber que ello es imposible... de allí que no seamos máquinas, porque simplemente creemos en milagros.

Lima, 25 de septiembre de 2005


Amor cibernético - Miguel Rios

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