miércoles, 1 de diciembre de 2010

Algunos disparates

Uno nunca puede confiar totalmente en alguien, me dijo aquella que siente ternura y asegura quererlo con locura racional. Y si el amor es un arma, ¿a quién le caería el disparo? Creo yo que puede ser una flecha; la cabeza, el arco; y la mira, el sueño de una vida compartida. Pero en la vida no hay cuadrículas, sino personas, le contesté, y cada una es una ventana con salida a distintos paisajes. Amar no es pensar, es adorar con devoción, pues aunque en el derrotero se pierda la razón, se gana en compromiso, pues cuando uno calla el otro habla y viceversa. Más que un arma es un escudo, más que un escudo, unas manos desnudas que no dudan en aferrarse a otras, así terminen sangrando de angustia. El amor en sí no soluciona nada, pero ayuda a encontrar las salidas de las calles más oscuras. Es la motivación que permite enfrentar cualquier problema. Para amar basta uno. Para tener una relación, dos. Para destruirlo todo, egoísmo... ingratitud... falta de fe. Uno nunca puede confiar totalmente en alguien, a menos que ese alguien sea la persona con la que quieres pasar el resto de tu existencia, me cortó tratando de completar mi punto de vista, y yo repliqué: uno nunca puede confiar totalmente en alguien, pero lo hacemos, así nos estrellemos una y otra vez contra nuestras propias esperanzas.

Lima, 20 de octubre de 2010


Unglued - Jupiter One

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