Verbena de comunicación, San Marcos. Mis amigos reían. La música sonaba fuerte. 2001, octubre. Le acababa de decir que me gustaba a la chica que por aquél entonces me gustaba. La respuesta fue "no". Y prometí nunca más volver a decirle a alguien algo parecido, porque eso del "sí" o el "no" me crispa los nervios. Hasta la fecha he cumplido cabalmente mi palabra. He reído mucho y he llorado mucho. Luego de aquél encontrón con la realidad y de acabar con la esperanza destrozada, lo único que quise fue no verla más y partí en carrera hacia mi casa. Sin embargo, recuerdo haberle sonreído y dicho que todo iba a marchar bien, volver hacia mis amigos y despedirme uno por uno, subir a un micro y llegar hasta mi hogar. Una vez en mi cuarto, el llanto, la pena. Hacía mucho que no me sentía como en aquél momento. Sinceramente, pensé que nunca más me iba a poner así, como un chiquillo idiota que no comprende lo que pasa a su alrededor luego que la ilusión ha sido rota. Me da gusto saber que puedo aún confiar y querer como antaño lo hacía, pero duele... duele a menudo comprobar que algo de mi yo antiguo está aún dentro mío, porque ese tipo era muy fácil de embaucar.
A los ojos - Los Rodríguez
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario