martes, 22 de noviembre de 2011

Hora del duelo

Aproximadamente: año 2001. Lo pasaban por cable y, al comienzo, no podía entender cómo era que le fascinaba tanto a los chuckies de por aquél tiempo. Mi hermano menor lo veía y le encantaba tanto que en una oportunidad me obligó a llevarlo al cine a ver Yu-Gi-Oh! La película: la pirámide de la luz. Como siempre me interesa lo que hace mi fofis (XD), y como siempre que voy al cine me gusta (bueno, me gustaba) saber a qué voy, antes de acompañarlo me la pasé viendo algunos de los capítulos de esa serie, entonces de moda… y bueno, como me llaman la atención los animales míticos, me atrajo el diseño de Slifer the Sky Dragon… “¿Te juego?”, me decía el menor de los Grimaldo Giraldo a sus cerca de seis años de edad, y yo hacía el intento de jugar con él, como en el anime, con unas cartas bambas y mal hechas, sin reglas, solo por complacerlo. Entonces, sin querer queriendo, me vi la primera temporada, a medias, por curioso, por seguirlo y porque al final me terminé enganchando con la historia de un chibolo pavo que un día encuentra un artefacto antiguo en el que reside el alma de un antiguo faraón y, con el correr del tiempo, se termina volviendo menos pavo al lado de sus cuates y producto de sus aventuras.


Dice Wikipedia sobre Yu-Gi-Oh!: "Literalmente. «El rey del juego», es un manga creado por Kazuki Takahashi, que ha dado lugar a una franquicia, además de múltiples series de anime, juegos de cartas, y numerosos videojuegos".
La primera serie del anime, ya lo adelanté antes, Yu-Gi-Oh!, a secas, tiene como personajes principales a Yugi Muto y a su “otro yo”, el espíritu de un faraón que no recuerda nada de su pasado y que, de cuando en cuando, toma prestado el cuerpo del muchacho y lo ayuda a ganar diferentes partidas en un juego de cartas llamado “Duelo de monstruos”. Recuperar la memoria perdida del extraño es su objetivo, sin embargo, la historia se complica cuando aparecen enemigos que no solo los enfrentan por diversión, sino que apuestan sus almas con la intención de obtener más poder, ¡conquistar el mundo!, o algo así por el estilo.
Pasó el tiempo y no volví a saber nada del asunto hasta que un día, buscando juegos para mi PSP, me topé con el Yu-Gi-Oh! 5D's Tag Force 5, el cual instalé, además, en el PlayStation Portable de mi hermano. Debo admitir que fue divertido volver a revivir lo de antaño y, mejor, poder tener algo en común con él como para afanarnos y matarnos de risa juntos. El interés creció y se me dio por encontrar la forma de tener las cartas físicamente hablando… y así, como quien no quiere la cosa, terminé conociendo aún más gente metida en la movida, así que mostro.
Del anime me quedo con Yu-Gi-Oh! y con Yu-Gi-Oh! 5D's. El primero por ser el original –y por toooodo lo que acabo de contar- y el segundo, porque tiene una digna historia y personajes más fáciles de querer –y creer– a diferencia de lo que ocurre con Yu-Gi-Oh! GX en el que la trama cobra intensidad –a mi parecer– recién al final de la segunda temporada gracias a los destiny heroes de Aster Phoenix y la aparición del lado oscuro de Zane Truesdale (aunque nada como Seto Kaiba, y su Blue-Eyes White Dragon, o el carisma de Yusei Fudo, y su Stardust Dragon). Y bueno, del Yu-Gi-Oh! Zexal aún falta mucho por ver. En fin, como en la vida: fair play, fair duel.

Algunas citas:

Atem: ¡Es hora del duelo!
Solomon Muto: Cree en corazón de las cartas.
Yusei Fudo: La agrupación de estrellas despertará un nuevo poder haciendo el camino más brillante / Mientras exista, cualquier carta puede ser útil.
Jaden Yuki: ¡Enciende tu juego!

Overlap - Kimeru / Wake up your heart - KENN with the Nabs

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