lunes, 3 de octubre de 2011

Sobre emos y ganas

“Últimamente estoy muy emo. Supongo que es la semana pre cumpleaños”, me comentó una amiga hace unos instantes, y yo continué: “Definitivamente, es eso. Yo también estoy pasando por lo mismo”. Podríamos creer que es eso (después de todo, dudo que sea el único al que no le gusta su santo) o la acumulación de eventos desafortunados y la increíble coincidencia de que todos se den en vísperas de una fecha, digamos, significativa. “Imagínate esta imagen: sábado por la noche, recostada en mi cama con una caja de dulces al lado y viendo P.S. I love you”. OK, “ahora imagínate tú esta escena (recordando mi época de convivencia): jueves por la noche, con el estrés de varias jornadas de trabajo acumuladas, sintiéndome hasta las huevas porque creía que todo me estaba saliendo mal. Entonces, llego a mi casa, entro a mi cuarto, miro alrededor y me doy cuenta que, ¡oh! novedad, ¡no hay nadie allí para darme un abrazo y decirme que todo va a ir bien!”.
Veo la definición de emo: "Puede describirse como un estilo de comportamiento o un estado general de infelicidad o melancolía y muy sensibles. Es un estilo de vida que la gente adopta; en especial las personas de edad joven”. Pienso, "mierda, ¿tanto así? Bueno, tampoco es que sea tan joven, es más, en unos días seré más viejo; además, tampoco es que todo el tiempo me encuentre triste... apurado y presionado, tal vez, pero triste, no, y si sí, para eso están las chelas". Básico. La sonrisa vuelve a su estado habitual. La migraña se disipa un tanto. Las gotas de lluvia caen desde el cielo, y un compañero de chamba me indica que ya es hora de ir a cubrir un evento que no está incluido dentro de nuestro horario de trabajo habitual. "De acuerdo, algo más de estrés", lamento, y me desespero por llegar hasta mi casa en algún momento del día, abrazar a mis padres, jugar con Chilcano un rato y luego entrar a mi cuarto. A estas alturas de la jornada, francamente, me importa un pito si adentro encontraré a alguien o no. "Mientras haya cama donde echarse, normal", pues para todo lo demás, existe MasterCard.

Los malaventurados no lloran - Panda     

No hay comentarios:

Publicar un comentario